El origen de los niños de San Ildefonso: ¿por qué cantan los números?

La Lotería de Navidad es uno de los eventos más destacados de las fiestas  en España, conocido no solo por los grandes premios que reparte, sino también por la particularidad de que los números ganadores son cantados por los niños del Colegio de San Ildefonso. Esta tradición, que ha perdurado durante siglos, es única en el mundo y despierta curiosidad. ¿Por qué cantan los números y cómo comenzó esta costumbre?

Los inicios del canto de los números

El Colegio de San Ildefonso, fundado en el siglo XVI en Madrid, se dedicaba originalmente a la acogida y educación de niños huérfanos. En 1771, estos niños comenzaron a participar en los sorteos de la lotería como encargados de extraer y anunciar los números ganadores. Su inocencia y honestidad inspiraban confianza en un sorteo que debía ser transparente para todos.

En 1812, cuando se celebró el primer sorteo de la Lotería de Navidad, los niños de San Ildefonso adoptaron la tradición de cantar los números. Este método no solo hacía más solemne y especial el evento, sino que también facilitaba que la población memorizara los números y premios, especialmente en una época en la que la alfabetización no era universal.

Fue un colegio masculino hasta el año 1981, por lo que no hubo niñas cantando en el sorteo hasta que llegó el año 1984. Actualmente, son un total de 32 niños seleccionados para poder repartir ilusión y mucho dinero cada año. Los niños que cantan los números suelen ser alumnos que residen en el centro-internado.

Preparación y simbolismo actual

La participación de los niños en la Lotería de Navidad no ha perdido relevancia. Cada año, un grupo de estudiantes del colegio, con edades entre 8 y 14 años y una buena fluidez verbal y voz, se prepara durante semanas para el gran día. Ensayan minuciosamente para que cada número y premio sean entendidos con claridad, mientras mantienen viva esta tradición única.

Hoy, el canto de los números es mucho más que una técnica para anunciar los premios: es un símbolo de ilusión y unidad. La voz de los niños se asocia con la esperanza colectiva de millones de personas que esperan escuchar los números de sus décimos premiados. Sin duda, los niños de San Ildefonso son los guardianes de una de las tradiciones más queridas y representativas de la Lotería de Navidad, recordándonos que lo importante no es solo ganar, sino compartir la emoción.

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